Tengo una idea que me ronda la cabeza, pero no estoy totalmente seguro de si me resultará lo suficientemente rentable como imagino o si podría tener un buen posicionamiento en el mercado. Por otra parte, me pregunto si estoy dispuesto a hacer el experimento de lanzar el producto, invirtiendo mi capital y arriesgándome a que no funcione.
Por supuesto, este tipo de planteos no son nuevos y existen infinidad de variaciones respecto de los mismos.
Lo cierto es que en la práctica, rara vez se cumple lo que originalmente imaginamos.
La forma más eficaz de conocer la realidad es haciéndole frente, así que vamos a trabajar sobre un procedimiento que fue popularizado por Eric Ries. Este emprendedor de Silicon Valley -a partir de su obra Lean Startups- propuso un método de experimentación mediante el cual es posible conocer la versión de tu nuevo producto que te permita acumular, haciendo el mínimo esfuerzo, la máxima cantidad de conocimiento respaldado sobre tus probables clientes.
A éste experimento se lo conoce como “Producto Mínimo Viable” o MVP (por sus siglas en inglés Minimum Viable Product).
¿Cómo se implementa un Producto Mínimo Viable – MVP?
El primer paso es elaborar una hipótesis, la cual estará basada en nuestras suposiciones, creencias, conocimientos, etc. acerca de nuestro producto.
A continuación necesitamos comprobar qué grado de asertividad tuvimos, validándola mediante el conocimiento de nuestro cliente y el Producto Mínimo Viable.
En tercer término, vamos a ir “creando” la versión de nuestro producto, desarrollándolo de manera gradual e iterativa junto con nuestros potenciales clientes. Lo hacemos mientras vamos corroborando sus diferentes funcionalidades y de qué forma son aceptadas, rechazadas o reformuladas por la clientela.
Lo que vamos a evaluar es cómo son incorporadas al mundo real, o sea si verdaderamente resultan necesarias, interesantes y hasta insustituibles.
Durante este recorrido, iremos elaborando las mínimas funcionalidades de acuerdo al feedback del cliente, iremos iterando acorde a los resultados de los relevamientos que vamos obteniendo.
Así, a medida que obtenemos más feedback del cliente vamos dándole forma a nuestro MVP. Recordemos que estamos hablando de un experimento que nos conducirá a la concreción del producto que lanzaremos al mercado con las mayores posibilidades de éxito. Si este proceso se realizó acertadamente y si nuestra propuesta tiene cabida en el mercado continuaremos, de lo contrario, se descartará y el proceso comenzará nuevamente.
Otra cosa: algo que mucha gente desconoce es que hay tantos tipos de MVP como clases de clientes y de la fiabilidad que debe tener el MVP como producto final. Es muy importante acotar el nicho de tu producto sino te contraras con un producto tan abarcativo que no podrás evaluar correctamente.
Se suele hablar de un MVP sobre todo en las startups de base tecnológica, pero puedes hacerlo para cualquier tipo de negocio… puedes montar un MVP para una tienda (una Pop up store, por ejemplo), puedes testear tu servicio a empresas con un simple Power Point comercial (y ver si te compran… que te compran? Ya definirás el servicio luego!).
Si necesitas poca fiabilidad y vas a testearlo con pocos clientes, con una algunas entrevistas tienes suficiente información. Si quieres más fiabilidad pero aún con pocos clientes, puedes hacer las pruebas con un dibujo o esquema, o con un Mockup de tu servicio. En este caso, debes enseñárselo a tus clientes y analizar cómo lo usarían, que les llama la atención, que les transmite.
Para testear si les interesa, puedes utilizar una campaña de Ads (Facebook, Twitter, Google o incluso banners en webs que usen tus clientes). Detrás de cada Ad como puedes poner una Landing Page (página de aterrizaje) en la que expliques qué estás testeando tu idea y que te dejen un mail para saber más sobre ellos y enviarles newsletter con novedades del avance de tu producto.
Hacer un vídeo es una solución algo más avanzada; es lo que hacen muchas campañas de crowdfunding (sobretodo las de recompensas): Te enseñan un vídeo de lo que vas a comprar antes de tenerlo ni fabricado.
Ventajas del Producto Minimo Viable MVP
- Se utilizan los mínimos recursos disponibles para realizar el experimento.
- Esta información permite descubrir si el mercado tiene interés de uso e interés de compra de tu producto.
- Se puede comenzar a comercializar el producto e ir rediseñándolo y mejorándolo de acuerdo al feedback de los primeros usuarios, es decir aquellos que participaron del experimento.
- Pone en evidencia de una manera rápida, eficiente y económica la reacción del mercado a tus iniciativas, lo que te permite ahorrar costos, tiempo y esfuerzo.
- Gracias al MVP, puedes comenzar tu trabajo poniendo a la venta una versión “low cost”. Tu principal compromiso siempre será lograr una vez descubierto el mejor producto para tu nicho la venta de tu producto final.
Comprobación de Mercado
Al lanzar un producto MVP evaluamos también nuestra suposición sobre un mercado existente para nuestra idea con una inversión menor. Si observamos que no hay mercado para nuestro producto podremos descartarlo ahorrándonos gran cantidad de tiempo e inversión.
En resumen un producto mínimo viable permitirá iniciar y lanzar un producto con la cantidad mínima de opciones y características a fin de ir aprendiendo y recopilando información con el propio uso del producto. Aquí es importante la correcta recopilación de métricas sobre las características más usadas y motivar el feedback del usuario. Lo que hacemos es construir nuestra idea con sus opciones mínimas, medimos la aceptación, aprendemos, descartamos lo que no sirve, mantenemos lo que es útil y agregamos posibles nuevas opciones basándonos en el aprendizaje; de esta forma el producto va creciendo.